martes, 26 de noviembre de 2019

Enanos divinos haciendo una jornada maravillosa

Ninguno tenía más de 7 años, y tampoco más de un metro treinta de estatura.

Pequeñitos en edad, y "enanitos" en cuanto a la distancia que los separaba del suelo.

La alegría a flor de piel


Atraían hacia si, decenas de miradas que no dejaban de seguir sus gestos, sus reacciones, sus risas, su manera de preocuparse, su postura al sentarse, y su antes, durante y después de cada partida.

Ojos de padres, hermanos, tíos, abuelos orgullosos, que sonreían al ver a sus pequeños sentarse "con seriedad" frente al tablero para llevar adelante una gran lucha mental, en lo que para unos cuantos fue el primer "torneo" de ajedrez de su vida.

"Seriedad" que a veces se fue transformando en gestos desfachatados, en sonrisas llenas de picardía, y miradas que generaban la simpatía de todo aquel que los observara.

A ponerse serios que se viene el campeonatooo.
Y para la foto aún no llegaron los dormilones....


Este domingo 10 de noviembre, por primera vez en Piedras Blancas, la convocatoria fue para los sub-7, "los enanitos del ajedrez oriental".

Y más que un torneo en si, el fin que perseguía esta jornada, era que por un día se encontraran de frente con caritas distintas a las que ven siempre en su salón de clase, que pudieran vivir la experiencia de una actividad formal con premiación y todo, y tener unas cuantas horas para jugar ajedrez en lugar de dedicarlas a otras cosas en esa mañana de domingo.
La tarde ya se daría para correr, en la mañana "pensaríamos"....

Y también había otro fin con esta actividad: el 14 y 15 de diciembre se realizarán las Semifinales del Campeonato Infantil y la categoría más chica precisamente nuclea a los sub-7.
Para todo aquel que desee ser parte de ese evento de alcance nacional, parecía muy importante tener esta experiencia previa para que todos los nervios que se generan por ser parte de algo que se desconoce "que es", ya hubieran sido zanjados en esta preciosa mañana de noviembre.


El cierre fue con clima de festejo.

Celebrando vivir, sonriendo sin fin, toda la ternura pintada en sus rostros.


Absolutamente todos fueron campeones, así se lo merecieron por su preciosa actitud, su maravilloso comportamiento y su excelente desempeño dentro del tablero.
Hubo a quien lo acompañó la fortuna y se benefició con los sorteos,  llevándose para su casa una torta con motivos ajedrecisticos, donde ahí si, hasta el rey se come, otro se llevó un juego a estrenar para contagiar este "vicio" por el tablero con más amigos, y hubo quienes no precisaron la fortuna ya que padres y madres se llevaron su regalito, más que merecido por el apoyo a sus hijos y dedicar la mañana del domingo para ser tanto su compañía como sus hinchas número 1..


A ellos mil gracias.
Los profes motivan, los niños se entusiasman, pero si los padres no apoyan, todo esto no podría ser realidad.


Una aclaración sobre el final.

Ni "pequeños", ni "enanos".

La felicidad provocada por esos niños, haciendo que esta jornada quedara grabada en el recuerdo de muchos, solo puede ser provocada por seres que en su interior esconden un  gigante.

Y así son ellos, gigantes seres pequeñitos que nos regalan el sentido y la alegría de vivir.




Imágenes de un domingo para el recuerdo....



Parada llego mejor....

Ojos que hipnotizan el tablero

Concentración a la máxima expresión


¿Que juego que muevo cual será la mejor?

Hijos serios que piensan, padres sonrientes que disfrutan

"¿Cómo era que se ganaba esto?"

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